Primero de Mayo: otra vez Kusturica

Entre los enfrentamientos violentos en Atenas y Tesalónica y la marcha ordenada en La Habana, media el nefasto nacionalismo corporativo que tanto daño sigue causando aún en las filas de la revolución comunista. Los cables internacionales dan fe de los ecos del lombardismo y el estalinismo en las filas del "comunismo" cubano:

En Cuba, millones de cubanos desfilaron hoy en toda la isla por el Día de los Trabajadores bajo el lema "Frente a la injerencia yanki y de la Unión Europea, ¡unidad!", en rechazo a lo que el gobierno del presidente Raúl Castro considera una "feroz campaña mediática" por la muerte del opositor preso Orlando Zapata.

El mismo discurso manido del aprismo peruano que bien puso en su sitio desde principios del siglo XX el marxista cubano Julio Antonio Mella. Sólo demagogos como los miembros del aparato burocrático del Partido Comunista Cubano pueden fabricar la "síntesis revolucionaria" entre el liberalismo martiano y el marxismo de quien pudo gozar de los favores de la Tina. En su "Unidad Nacional", Fidel Castro ungió aquí a Salinas de Gortari, allá hacia fines de los ochenta.

En Atenas, sin embargo, no estuvo para nada en un primer plano aquella "clase obrera" que siguen inventando en sus cabezas y de pie sobre sus privilegios, los viejos sindicatos. Los procesos de trabajo sufrieron ya tal modificación que de lo visto en el siglo XIX, no queda nada. Los símbolos parecen tener su ciclo de vida fatal y el Primero de Mayo pertenece ya a otra época.