Practiquemos regularmente el ejercicio de distanciarnos de lo "normal" para analizarlo. Vista de lejos, la normalidad no parecerá tal. Miremos críticamente la sociedad, así nos daremos cuenta de que nuestro mundo - tal y como lo conocemos- es un absurdo y está de cabeza... pero podemos cambiarlo.

3 may 2010

Pablo González Casanova y el populismo en México

En La Jornada, en el Foro del Zócalo, otra vez bajo los reflectores, a su años, él, nuestro teórico populista de mayor renombre; y sus declaraciones son dignas de analizarse. Sería un error dejarlas pasar, Casanova es un político, y sabe cuándo abre la boca.

Importante lo que dijo el profesor sobre la diabolización de ciertos luchadores por la propia izquierda institucional, lo que bien traducido es igual a censura, espionaje, traición contra los luchadores sociales desde el propio aparato estatal funcionalizado y especializado para la izquierda. Así que don Pablo aboga por la unidad de los "pobres" --y de quienes, sin serlo, abrazan su causa--, incluyendo a los que han sido diabolizados por la izquierda institucional.

Muy pronto nos enteramos que la apertura casanovista no nos incluye todavía, pues, al definir la unidad, nuestro viejo profe no sobrepasa el nivel de las abstracciones cristianas como la justicia, la libertad y la paz, frente de acción al que bien podría haber acudido, de estar vivo, Raúl Velasco, el de Siempre en Domingo. El frente bien intencionado del populismo casanoviano no incluye todavía a quienes luchamos por el comunismo y por el derrocamiento del régimen.

En este punto, mucho agregaría González Casanova si se refiriera a casos concretos, diera nombres, etc. Por ejemplo, ¿considera a López Obrador como parte de esa "izquierda institucional que discrimina? ¿De qué organizaciones e individuos se habla al referirse a quienes sufrieron la diabolización? ¿Cómo se operó desde el Estado contra ell@s?

Terminamos reconociendo también la enorme importancia actual de que un téorico universitario como González Casanova advierta claramente que el capitalismo no tiene ya regreso a Keynes, esto es, al estado social benefactor. La declaración implica que, en el centro de la discusión ideológica contra el populismo (sin descartar, dialécticamente, acciones coordinadas y conjuntas con esta fuerza social), se colocó ya para los marxistas el asunto cardinal de qué clase de socialismo es posible en el mundo de hoy.

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