Siguiendo la lógica del blog, planteamos hoy tomar distancia para observar desde el extrañamiento a los héroes, los héroes creados por y para ésta sociedad. ¿Qué tipo de modelos son los que rigen hoy? ¿Qué estereotipos ha construido la lógica de producción capitalista? ¿Quiénes son los personajes reconocidos y aplaudidos? Si miramos el mundo al revés, habría que buscar a los artistas, intelectuales y políticos en las sombras, en el terreno de la marginalidad, del olvido. Bajo los reflectores se mueve casi exclusivamente la “legalidad”, es decir, lo que está permitido, lo que beneficia (o al menos no perjudica) los intereses de la clase en el poder.
Tod@s aquell@s que son tan libres que ni sueñan siquiera con meterse en la jaula de “lo aceptado, lo reconocido y lo premiado” son, tal vez, quienes más cerca están de ser auténticos individuos, sujetos -en toda la extensión de la palabra-.
Por las calles caminan -ocultos, relegados, llamados “mediocres” ó “fracasados”- inconspicuos genios y figuras, hombres y mujeres cuya lucidez se fué forjando con el uso constante del sentido común… ese que genera un impulso latente hacia la libertad y en contra de la enajenación, la humillación, la sumisión y la esclavitud.
Grandes aportaciones se pueden hacer hoy al proceso de emancipación mundial y para la construcción del comunismo si arrancamos desde lo más profundo de nosotros - con todo el dolor que ésto conlleva- los ideales sociales (construcciones de éste modo de producción). Quizá sea una buena forma de catalizar el derrumbe de éste absurdo mundo, regido por la lógica del capital, de la propiedad privada... sería una de las múltiples formas de hacer la revolución.
El sistema solo se mantiene porque vive en cada uno de nosotros, muy dentro, en la mente y el cuerpo, en la memoria, en la tradición, en la costumbre, en la fe… solo así se ha podido reproducir por varios siglos.
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